Para muchísimos de nosotros sería absolutamente impensable comenzar un nuevo día sin una taza de nuestro café preferido. Diría incluso que, en ocasiones, es lo único que deseamos cuando nos despertamos todas las mañanas, hasta el punto de estar de mal humor o no poder empezar con tu día a día antes de tomarlo. De todos los sabores y tamaños, esta bebida aromática y tonificante nos engancha instantáneamente.
Pero, por desgracia, el café es una bendición a medias. Creemos que nos salva la vida en muchas ocasiones de necesidad pero… ¿cuáles son los efectos secundarios que el abuso de este puede ocasionar en tu cuerpo? Vamos con la pregunta del siglo: café, ¿sí o no?
Si has intentado informarte acerca de los beneficios y los inconvenientes de tomar café a diario debes haber encontrado una gran cantidad de estudios contradictorios que muestran al café como tu mejor amigo pero te dicen que, al mismo tiempo, puede apuñalarte por la espalda cuando menos lo esperas. ¿Es esto realmente cierto? ¿Puede ayudarnos en el estudio y en el trabajo? ¿O es cierto que únicamente añade leña al fuego en personas ya estresadas?
Investiguemos qué papel juega el café en nuestro esfuerzo por mantener nuestros niveles de productividad y concentración altos durante todo el día y qué factores debemos tener en cuenta para consumirlo de una forma responsable:
No todo lo bueno puede durar para siempre
El problema con nuestro estimulante favorito es que nos brinda “beneficios a corto plazo de mayor atención y más energía, pero a largo plazo puede terminar en un bajón a niveles de energía inferiores a los previos al café, lo que requiere continuar la rutina con otra y otra taza.
Y es que al final estos efectos secundarios son los típicos de todas las sustancias que generan una adicción y, el café, por descontado, es una de ellas. Obviamente no puede ser comparado con otras sustancias mucho más nocivas, pero está demostrado científicamente que, debido a que la cafeína facilita la activación de la dopamina, y con ello la sensación de bienestar, una vez nuestro cuerpo se vaya acostumbrando necesitaremos cada vez más y más.
Dicho esto, ¿alguna vez te has preguntado si funcionarías igual sin tu café matutino? Quizá ese choque de realidad te deje agotado para todo el día y tu productividad se vea bastante reducida, por lo que prescindir de este puede parecer una opción bastante desagradable.
Por suerte, existen trucos que pueden ayudarte a maximizar los beneficios del café y minimizar sus desventajas. Todo se trata de organizar tus hábitos de consumo de café de manera responsable. Y aquí está la frase que todos queríais leer: consumir café diariamente no tiene por qué ser negativo. Además de mejorar la memoria y ayudar a prevenir ciertas enfermedades, es un estimulante estupendo para afrontar tu día con más energía. Siempre que su consumo sea moderado, el café no presenta ningún problema más allá de la adicción que genera.
De todos modos, sí que puede ser interesante dar algunas pautas de cuándo y cómo es recomendable tomarlo:
- Básicamente, la regla general es no beber café cuando los niveles de cortisol están en su nivel más alto. El cortisol es la hormona del estrés y el consumo regular de cafeína puede duplicar los valores de esta, generando unos niveles de estrés extremos. Los horarios con niveles bajos de cortisol son los horarios perfectos para tomar café: 9:30-11:30 y 13:30-17.
La producción de cortisol alcanza su punto máximo entre las 8 y las 9 de la mañana, lo que significa que su cuerpo se está activando naturalmente durante estas horas del día.
- No se debe tomar café si deseas quedarte embarazada, ya que dificulta la llegada e implantación del óvulo en el útero.
- La cafeína tiene un efecto diurético, por lo que es recomendable no abusar de su consumo y beber mucha agua para evitar una posible deshidratación
- Tú te conoces mejor que nadie. Si detectas que el consumo continuado de cafeína no hace más que aumentar tu ansiedad y sobreestimular tu cerebro, quizá debas detener o, al menos, reducir su consumo.
¿Qué pasa con el té?
Ya hemos visto que el consumo diario de café no es perjudicial siempre que se haga de forma responsable. Sin embargo, hay otras alternativas que pueden ayudarte a activarte durante el día y que pueden ayudarte a reducir poco a poco el consumo de café sin tener que preocuparte de los efectos secundarios adversos que este genera. Una de estas es la teína, la cual puede generar efectos similares a los de la cafeína (aunque no tan potentes como regla general).
Y es que el té, además, contiene un aminoácido llamado L-teanina que contrarresta los efectos secundarios adversos de la cafeína; una combinación de estas dos sustancias mejora notablemente las funciones cognitivas. El té es literalmente como el hermano mayor más frío y equilibrado del café: la energía calmada personificada.
Por tanto, para evitar los horribles síntomas de abstinencia (el apego emocional y la dependencia que formamos con el café son fuertes, de hecho), puedes optar por reducir el consumo de café gradualmente e ir acostumbrándote al té.
De cualquier manera, tú eliges. Ten en cuenta que si estás experimentando algún efecto negativo del café, no deberías seguir consumiendolo para gozar de un estado fugaz de euforia y actividad. Como ocurre con la mayoría de las decisiones de la vida, las ventajas deben superar las desventajas. Ahora, eres tú quien debe tomar una decisión a la siguiente pregunta: café, ¿sí o no?